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Cinco razones de por qué las edificaciones pasivas serán tendencia

  • El mundo avanza hacia una construcción cada vez más eficiente y Chile no es la excepción. En esta evolución global, las viviendas pasivas se posicionan como una valiosa herramienta para los desafíos actuales y futuros de la salud humana y del planeta.

El contexto de reflexión que ha generado la crisis sanitaria ha evidenciado de manera alarmante la importancia de la calidad ambiental interior y el impacto que tiene en la salud y bienestar de las personas, especialmente durante los periodos de confinamiento. El estándar de construcción Passivhaus, desarrollado en Alemania en los años 90, ha removido la conciencia de la industria de la construcción por su demostrado impacto en términos de eficiencia, ahorro y, sobre todo, en el confort de las personas, generando un interés cada vez mayor por su desarrollo, así como la incorporación de sus principios fundamentales a la hora de abordar un proyecto.

“Habitar casas y edificios que consuman menos energía y que al mismo tiempo nos cuiden no es una utopía. Las edificaciones Passivhaus han sido capaz de demostrar con éxito que construir mejor va a hacer que nos enfermemos menos”, sostiene Roberto Urzúa, director en el Instituto Passivhaus Chile, primera filial del Passive House Association (iPHA) en Latinoamérica, quien detalla las cinco razones que evidencian el auge de esta tendencia:

  1. Consume menos energía: El estándar Passivhaus persigue la alta eficiencia energética, logrando reducir en hasta 90% menos la cantidad de energía en calefacción o refrigeración que una edificación convencional. Esto se traduce en un ahorro para los propietarios y usuarios en las cuentas de fin de mes, siendo además una herramienta poderosa a la hora combatir la pobreza energética y contribuir a la descarbonización. Además, al lograr un consumo energético casi nulo, facilita la posibilidad de que los hogares sean independientes de la red eléctrica y autosustentarse a través de energías renovables, como sucede en muchos países del mundo.

 

  1. Respetuosas con el medio ambiente: Las viviendas pasivas son respetuosas con el medio ambiente porque al reducir al máximo su demanda de energía, disminuyen también su impacto al medioambiente. Esta es una ventaja importante en el marco del cambio climático, porque la edificación representa el 40% de las emisiones de CO2 a nivel global. Especialmente en Chile, su desarrollo podría aportar resolver la contaminación atmosférica que afecta gravemente a la zona centro sur.

 

  1. Woman in bed wearing sleeping mask

    Aseguran el confort térmico: En las viviendas Passivhaus además de la orientación y el diseño, existen otros factores claves como una envolvente de alto desempeño, libre de puentes térmicos, junto con las ventanas de alto rendimiento, la alta hermeticidad y su sistema de ventilación mecánica, que permiten que durante todo el año la temperatura al interior sea confortable, oscilando entre 19º a 21ºC en invierno y en torno a los 25ºC en verano, independientemente de su ubicación geográfica. Esto es sumamente beneficioso considerando la diversidad climática que caracteriza a nuestro país.

 

  1. Mejora la calidad del aire al interior: Las edificaciones pasivas se caracterizan por ser muy herméticas, para evitar los ingresos de aire no controlados que generan pérdidas o ganancias de energía. Por esa razón, cuentan con un sistema de ventilación que filtra y recupera el calor al interior del edificio de manera eficiente las 24 horas del día, durante todo el año, previniendo alta las concentraciones de CO2, la humedad, malos olores, agentes alérgenos, patógenos o contaminantes al interior de la vivienda. Por lo tanto, generan ambientes más sanos y ayudan a disminuir el riesgo de enfermedades respiratorias y contagios.

 

  1. Espacios silenciosos: Está demostrado que la contaminación acústica, especialmente cuando superan los 65 decibeles recomendados por la OCDE, hace que se eleve el estrés, el insomnio y perdamos concentración, productividad; en resumen, se deteriora nuestra salud física y mental. Las edificaciones pasivas, al tener una adecuada capa de aislante y ventanas de alta calidad, además de ser herméticas, actúan como una potente barrera acústica frente al ruido exterior, mejorando el descanso y concentración de sus ocupantes.
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