Considerados como una excentricidad hace algunos años, hoy estas construcciones han proliferado en el entorno capitalino. Las edificaciones ecológicas o sostenibles buscan aumentar la eficiencia en los usos de agua, energía y materiales. Un boom que no sólo crece en puestos de trabajo sino que son cada vez más los inversionistas que los consideran un negocio rentable.
Hace unos 10 años era difícil imaginar un edificio donde el agua se caliente con una central térmica eléctrica y la luz artificial provenga de paneles solares, o que el agua sea reutilizada y que el comfort térmico sea sustentable sin calefacción adicional. Pese a la incredulidad, hoy este tipo de construcciones son una realidad en Chile. Si bien en sus inicios surgieron como propuestas para edificios empresariales como Consorcio, Transoceánica y la Cámara Chilena de la Construcción, entre otros, con el tiempo su tecnología ha sido aplicada en complejos residenciales, atrayendo a inversionistas a este nuevo modelo “green”.
Para el Gerente de Operaciones de Assetplan – empresa que administra 8.000 departamentos en Santiago al día de hoy-, Gonzalo Cabezas, la tendencia inmobiliaria está marcando un fuerte impulso a construcciones ecoamigables, sustentables y eficientes, las cuales están en un constante proceso por innovar y mejorar la calidad de estas edificaciones.
“Estos edificios están pensados, desde su arquitectura, en cómo ser más ecológicos, y eficientes, un ejemplo es que tengan el mayor uso de luz natural posible, reducir el consumo de agua mediante sistemas eficientes, trabajar las envolventes y renovar el aire para minimizar el uso de calefacción complementaria. El contexto nacional e internacional está inclinando sus preferencias hacia lo ecológico, lo cual significa que busca contar con aspectos que colaboren con el medio ambiente y la gestión de residuos”, comenta Cabezas.
Así, los complejos residenciales están incorporando nuevas tecnologías a sus construcciones que permiten utilizar energías renovables no contaminantes para reducir emisiones, materiales reciclables o generados con procesos amigables con el medio ambiente, el uso de estrategias de eficiencia energética como aprovechar la iluminación natural de los espacios, incorporar sistemas de medición y gestión para los equipos de mayor consumo energético para optimizar rendimientos, e incorporar puntos limpios para reciclar los desechos propios del uso de viviendas durante la vida del activo.
Este nuevo contexto medioambiental ha logrado que más inversionistas apuesten por estas construcciones menos convencionales y un poco más caras, pero que desde su calidad y ahorro futuro pueden presentar mayores beneficios. “Estos edificios, si bien, pueden ser más caros para los inversionistas, ya que presentan una materialidad superior en infraestructura y tecnología, no necesariamente son menos rentables”, enfatiza el experto de Assetplan.
Esto dado porque “las personas valoran lo ecológico y están más dispuestas a pagar un poco más por contribuir a mejorar las condiciones ambientales del país. Por lo tanto, un arriendo en un edificio que en realidad tiene costos menores como en gastos comunes, luz u otro, si se valora y se tiene la disposición a pagar”, agrega.
Pese que los edificios están en un proceso incipiente en Chile, los expertos confirman que es una tendencia al alza. Se estima que el 73% de estas tecnologías se concentran en la capital, y pronto se espera su expansión a regiones. “Actualmente, si bien no existen cifras exactas. Los edificios buscan contar con estándares mínimos de reciclaje, materiales y de eficiencia energética, por lo que, podría decirse que de aquí en adelante la gran mayoría de los edificios en Santiago y regiones serán considerados verdes en un futuro”, puntualiza Cabezas de Assetplan.