Los entornos deben cumplir con la condición de acceso universal para que todos puedan utilizar los espacios de la forma más autónoma además de cómoda posible.
Es más; la accesibilidad universal es un requisito definido por Ley desde el 2016 para todos los edificios que presten atención pública. Y que han ido adoptando otro tipo de proyectos inmobiliarios.
Es un concepto que junto con mejorar la movilidad al interior de recintos permite experimentar una mejoría en la calidad de vida de los usuarios.
Hoy en día está prácticamente todo regulado por la Ley, donde por supuesto no escapa una realidad que vive un importante porcentaje de la población. De acuerdo al Estudio Nacional de Discapacidad (Endisc) elaborado durante el 2015, el 16,7% de la población vive con alguna condición de discapacidad.
Po tales motivos es que resulta cada vez más común y familiar el ver un equipo con silla salvaescalera instalada ya sea en edificios públicos o privados, con el objetivo de facilitar el desplazamiento de quienes tienen movilidad reducida.
Siguiendo en esta línea las edificaciones deben completar una ruta accesible que conecte el edificio con los espacios públicos y otros puntos como vías de evacuación.
Por estos días existe una permanente búsqueda por construir desde un comienzo espacios más inclusivos o de su adaptación con la instalación de elementos como pasamanos, las medidas de un ascensor o una salvaescaleras, por ejemplo.
Pero para los que aún no conocen este “joyita” de ingeniería, un salvaescalera es una plataforma que se desplaza por un mecanismo anclado a la escalera. Pueden instalarse prácticamente en cualquier escalera, son equipos seguros y fáciles de usar.
Los arquitectos y planificadores de proyecto son extremadamente exigentes en esta materia no solo porque es un item especificado en la Ordenanza general de urbanismo y construcción, sino porque es una muestra de calidad constructiva pensada para el bienestar de cada usuario.
Se ha convertido en un elemento indispensable que dan cuenta de las buenas prácticas constructivas y una enorme preocupación por los demás.
De seguro que cuando se planifica desde el punto de vista de accesibilidad, estos mecanismos aparecen el camino como una enorme solución para quienes no pueden caminar con normalidad.
Con todo, una plataforma salvaescalera puede garantizar un trayecto seguro de la persona que tiene dificultades para moverse por sus propios medios.